Una de las recetas más difíciles y a la vez más demandadas en andalucía occidental, sobre todo en verano, es la tortillita de camarones. Realicé unas fotografías para una empresa sevillana y tuve que cocinar varias recetas, entre ellas las dos que aparecen en este apartado.
Las tortillitas deben quedar ligeras y crujientes, lo que se consigue con la textura de la masa, la temperatura del aceite y las herramientas para freír. En este caso yo usé una espumadera de alambre para eliminar el ecceso de masa y un perolillo de los antiguos, esos negros que van moteados de puntitos blancos. La verdad es que salieron deliciosas. ¡Ah! el camarón debe ser de primera (Veta la Palma, uf!), estar crudo, yo tuve esa suerte, y nada de añadirle sal. Eso se hace en la masa de harina de garbanzo y repostería (opcional) mezclada con mucha cebollita, un buen puñado de perejil fresco picado y el ojo puesto en el aceite de oliva. Se ruega acompañar de una copa de manzanilla bien fría.
¡Ala! A practicar se ha dicho.
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