En la calle Javier Lasso de la Vega, 1, junto al Pasaje de los Azahares se encuentra este bar de tapeo de altura y vinos de gran calificación, que viene a continuar la excelente labor que está realizando por la cocina y la gastronomía sevillana el concienzudo Pepón López, creador anteriormente de Sevigastrum, un centro de estudio y difusión de nuestro patrimonio culinario.
El lugar es cómodo, abierto y muy alegre. Grandes ventanales comunican con el exterior y dispone de una gran estantería climatizada donde se almacenan su excelente selección de vinos. El éxito de Pacatar es un compendio de factores pero, como suele ser usual, el predominante es la cocina, que está dirigida por uno de los más intuitivos cocineros de la joven hornada proviniente del Gastromium. Las tapas de Miguel son siempre divertidas, algunas sobrias y sencillas, de agradecer por otro lado, y otras coloristas y chispeantes esto consigue engatusarnos en la mesa e impide el aburrimiento a la tercera degustación.
Sugerencias de la carta? Pues Ajoblanco con granizado de cereza, Ensalada de aguacate y remolacha, Mollejas, guisadas a la perfección por su textura y punto, cosa que demuestra la maestría del cocinero frente a una receta tan tradicional y a su vez de tan difícil elaboración. Cocochas de bacalao en salsa verde sobre una cama de quinoa muy bien conjuntada, Un soberbio entrecot de buey, hecho como debe ser, acompañado de un cremoso puré de patata, Escalopes de foie fresco, auténticos, marcados en plancha sobre trigo, cereal ahora muy popular en las propuestas de ahora en toda la ciudad y así, saltando de lo popular a lo creativo, hasta recalar en los postres, versiones contemporáneas de típicos platos dulces como la galleta María o el flan.
Para el próximo tour gastronómico pondremos rumbo a pié hacia la calle Orfila pues es recomendable, también, disfrutar del paseíto por el centro hasta llegar a Pacatar.