Después de tanto tiempo de trabajo y esfuerzo entre los grandes, a mi amigo Kisko García le han concedido la primera estrella Michelín. Es justo. Es lo realmente justo. Yo sé lo que todos han trabajado en Choco para mantener la ilusión dia a dia y no defraudar a nadie. Yo conozco el pulso de este joven, desde que lo conocí cuando proyectaba el libro Puro Sabor, aconsejado por mi también amigo Antonio Zapata. Necesitaba para representar a Córdoba, una figura nueva, un cocinero actual, moderno y a la vez congruente que se saliera del estereotipo añejo y tradicional de la ciudad. Ese era este joven.
Kisko nunca ha dado un paso gratuitamente. Su trayectoria ha sido marcada por un instinto privilegiado, rebosante de maestría, creatividad, cautela y mucha sinceridad, seguramente uno de los principales rasgos de toda la saga, y esta comienza con Juan y Manoli o Manoli y Juan, que da lo mismo, sus padres. Hemos hablado más de una vez de esta posibilidad y la veíamos lejana. Hoy es realidad y no puedo remediar sentirme parte de la familia y alegrarme profundamente como si estuviera ahora mismo con ellos en Compositor Serrano Lucena, inmerso en el jolgorio que debe haber a estas horas, cuando sólo falta un minuto para las 11,00 de la noche. Esto es fantastico.
¡Felicidades Kisko! Me alegro por ti que todos tus esfuerzos han dado sus frutos - ¡genial!
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