La primera vez que leí un artículo sobre Luís Meléndez, ese grandioso pintor de bodegones de origen portugués, quedé impresionado por la historia de su vida y su trayectoria profesional. Después de haber contemplado en el Museo del Prado una exposición monográfica no muy extensa, conseguí su libro y decidí investigar por mi cuenta con ciertos objetos teniendo más bien poco cuidado en los motivos, centrándome más en el efecto de la luz y las sombras. Este, el de los bodegones, es un campo infinito. Muestro diferentes composiciones de lo que fotografié en su momento. Siempre me han gustado estos contrastes suaves o duros incluso para temas menos académicos como un plato elaborado. En los retratos lo adoro.
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