Coincidí con la descarga, en el puerto de Barbate, de atunes de almadraba cuando fui a hacer un reportaje en la factoría de Herpac. Jamás había visto en vivo a semejante portento de la naturaleza. El atún es como un torpedo, aerodinámico y robusto.
Según decían los que nos rodeaban ya no habían animales con el tamaño de antes. Estos rondaban los 200 kilos, antiguamente se pescaban hasta de 800. La sobreexplotación, dicen, es la causante del riesgo de desaparición de esta especie, pero nadie obliga a Japón a dejar de esquilmar todo lo que se le antoja. La almadraba es un arte de pesca milenario y sostenible, patrimonio de la humanidad, que asegura la continuidad del atún, los satélites, el sonar y otros ingenios sí son culpables del peligro de desaparición, no el pescador de esta zona del litoral andaluz.
Entradas
En sus "Conjeturas sobre la decadencia de las almadrabas" el sabio benedictino del siglo XVIII, el padre Martín Sarmiento, requerido por el duque de Medinaceli para esclarecer las causas de la escasez de atunes en sus costas gaditanas, escribió: ... "los atunes no tienen patria, ni domicilio constante. Son unos pezes errantes, y unos tunantes vagabundos, que a tiempos están aquí, y a tiempos están allí".
ResponderEliminarEl atún rojo de almadraba tiene, para una población como Barbate, múltiples derivaciones sociales y económicas: su captura constituye un arte de pesca, milenaria y artesanal; es una fuente de empleo tanto en labores extractivas como en una creciente industria manipuladora; es una baza fundamental en la carta gastronómica de diferentes establecimientos hosteleros. Este verano tuve ocasión de comprobarlo en el restaurante "La Esquina del Tofe", en la Avd. Atlántico, donde por un precio razonable Antonio y sus cocineros te preparan un autentico viaje por todos los rincones y sabores del atún rojo, mormo, lomo, ventresca, huevas, tarantelo, morillo preparados y conservados con gusto e imaginación, un "clase" de anatomía gastronómica muy recomendable.