El gran Rafael Morillas, socio de Manuel González de la Cueva, mi tío, me encargó algo diferente para promocionar una manzanilla. Me gustó la idea de una ilustración en plan divertida, que se saliera de la costumbre, foto, zapatos, taconeo y solemnidad con "sevillanía".
Pensé en jolgorio, jaleo, dale que toma y un camarero perfecto llevando lo mejor de lo mejor entre tanto maremagnum feriante. Les gustó la idea hasta tal punto que después, el cliente, lo hizo por su cuenta con otra agencia pletórica de creatividad. Hicieron algo con personajes dibujados con el estilo de Mortadelo y Filemón, con el argumento de cómo colarse en las casetas en la Feria de Abril…chachi, ¿verdad? Eso es lo normal en Sevilla. Os muestro mi boceto, como casi siempre hecho a lápiz y el resultado hecho con paleta gráfica. Por lo menos yo no tuve que copiar el estilo.
¿Por qué luchar por la excelencia si es más valiosa la mediocridad?
ResponderEliminarEn el mercado de la publicidad hay poca demanda de excelencia. Hay muchísima más de mediocridad. Imagina un mundo en que todos los clientes fueran maravillosos, en el que el creativo pudiera producir lo que quisiera sin restricciones y en que todo el mundo tuviera libertad para hacer realidad todas sus fantasías, sin que ningún cliente latoso se quejara. ¿Que harías?
Reacconarías y dirías: "que pesadez. ¿Cómo podemos ser más aburridos? Hagamoslo mal, hagámos feo y hagamoslo barato".
Esa es la naturaleza de la persona creativa. Todos los creativos tienen que rebelarse. Es lo que hace hace tu vida emocionante, y son los creativos los que hacen emocionante la vida de sus clientes.