En la mayoría de ocasiones que me tengo que enfrentar a alguien haciéndole un retrato pienso en el fracaso. Eso, paradójicamente, me relaja. Lo importante es que el que esté tenso sea yo y no el modelo. Siempre hay un instante, un sólo segundo perfecto, cada vez, porque el tiempo vuela. Imaginemos el segundero de un reloj.…ya es antes!! después será luego…Tempus fugit!! El gesto, que cambia a cada segundo, modifica el resultado. Cazar al vuelo ese momento es lo realmente apasionante. Decir ¡¡lo tengo!!. Capturar el momento mágico de la sintonía es lo más divertido. Incluso con un imprevisto. Disparando sin que lo sepan. Después todo perdura para siempre como algo único. Juanito Cañones, Abraham de Kakure y Angel Fernández.
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