Todos saben que Willy Moya acabó hace poco su periplo en Cartuja y decidió, con sabio criterio, poner río de por medio y centrarse en su habilidad, que no es otra cosa que dar de comer a los demás, abriendo en zona de paso obligado un "nuevo" Poncio. Luminoso, singular, diferente…muy peculiar. Tapas sentados, vinos de pie. Cocina central centrada en el centro (del Taberna Poncio) que deja algo perplejo al primerizo. Y tapeo. Buen tapeo.
La cocina de siempre. Croquetas. Boquerones. Huevos rotos. Salmorejo…
Después de conocerlo tan bien me volvió a sorprender con las lentejas. Humilde plato por el que se perdió una épica primogenitura (con lo que eso era antes) que venían vestidas con unas cazuelillas de alta alcurnia muy oportunas, que llamron mi atención.
Con empeño Willy nos recibe en Taberna-Poncio, en el Barrio de Santa Cruz, con su cocina de siempre. La que a él le gusta para los suyos. Su cocina de toda la vida, envuelta en un sabroso halo de ilusión.
Estoy totalmente de acuerdo. Es una gozada y Willy vuelve a ser el de siempre, el de Poncio en calle Victoria. El local es además muy agrable, los precios no son desorbitados y el servico es magnífico.
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