



Tenía que realizar un reportaje de tapas en un famoso bar. Como no sabía muy bien a qué me enfrentaba me dediqué a dibujar, según el listado de recetas que había recibido, cada tapa para comentarlas con el dueño. Así conseguiría ir rápido y orientar al cocinero, pues al ser tapas tradicionales, la ayuda estética siempre es bien recibida. Con el lápiz a cuestas paraba en cualquier lugar a tomar un café y dibujaba lo que yo pensaba que funcionaría con la cámara. Resultó divertido anotar ingredientes y composiciones. Hace unos días rescaté los apuntes de una carpeta. Creo que los usaré en alguna exposición. Me gusta la soltura de los trazos, aunque después sirvieron más bien poco. El cocinero afortunadamente lo tenía muy claro.
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