Desmarcándose de las nuevas tendencias de oscuridades y excesiva pizarra José de los Riscos ha dado forma a un sitio que, poco a poco, va consiguiendo adeptos. Gente que busca el momento ideal para disfrutar sin bullicio de un buen tentempié. Este establecimiento está decorado en suaves tonos crema, dispone de una buena barra, mesas de sala con cómodos asientos de brazo, más propios de un club privado anglosajón, mesas altas de taburete y unas barritas en la calle muy apañadas para fumadores y amantes del exterior.
Su carta está repleta de platos de cocina tradicional como las Manitas de cerdo, deshuesadas, Ensaladilla de gambas, Chicharrones de Cádiz o la tapa estrella las "Espinacas labradas" plato muy sabroso rescatado del recetario familiar.
Otra oferta, ésta más que interesante, son los pinchos que preparan sobre una rebanada de pan extraordinario, entre los que triunfan por derecho los gratinados.
Hay que mencionar el de queso de Cabra y Bacon perfumado con un pellizco de pimienta recién molida o el cosmopolita Croque Monsieur; aunque puestos a decidir yo me inclino por un fastuoso gratinado de salmón ahumado, rematado con una capa de auténtico Gorgonzola que gana por goleada. También está estupendo el de setas y solomillo de buey.
Los domingos ofrecen el Brunch, (BReakfast-LUNCH) ideal para noctámbulos y perezosos, con un plato estrella: los Huevos Benedict, que se pueden acompañar de un zumo y un buen café cargado, perfectamente preparado por Jerôme, responsable del comedor que forma equipo con el joven cocinero Samuel, proveniente de la Escuela de Hostelería de Heliópolis. Las tardes las dedican a meriendas suculentas, Creppes, dulces y saladas, Croissants y Muffins. En la calle Virgen de Consolación, en Los Remedios, encontrarás un lugar tranquilo para disfrutar sin prisas.
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