A veces cuando me acerco por el Nantara Tapas de mi amigo Julio, en la calle Virgen del Valle, Nacho Fernández, el jefe de cocina, me obsequia con una de sus creaciones. Probamos y comentamos lo típico: el sabor, la textura, el acabado… y si llevo la cámara hago alguna fotografía de cortesía. Esta semana pidió que probara el nuevo pincho que tienen ya en carta y me sorprendió una combinación tan arriesgada con un resultado tan equilibrado. Pincho de anchoa ahumada con salmorejo y reducción de vinagre de PX. A mí esta profusión del uso de las reducciones en gran multitud de bares de ahora me ha llegado a saturar y creo que los jóvenes cocineros, y no tan jóvenes, lo usan como un recurso estético sin tener en cuenta que visualmente tiene un corto recorrido y en el paladar puede malograr una buena receta. En este caso se integra perfectamente como un ingrediente necesario.
El caso es que mordí el pincho y tengo que reconocer que, algo excéptico al principio, quedé impresionado con todo el conjunto. Matices diferentes, sabores antagónicos y cremosidad untuosa se unen en la boca con un exquisito final. Hay que probarlo y como es muy sencillo, el enunciado lo asegura, puede uno prepararse un par de estos bocados y disfrutarlo frente a la tele o mientras se navega por la red, aunque yo particularmente prefiero eso del paseíto, saludar a los amigos y que me lo pongan por delante.
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