




Vinacle se encuentra entre el Meliá Lebreros y el hotel Occidental. Es un gran restaurante y sorprende el espacio para tapeo. No es lo que entenderíamos como gastrobar pues es más relevante el carácter de la sala pero su zona de barra, ambas están orquestadas por Juan Muriel, es muy amplia. El tono grana de sus paredes recuerda al vino, gran especialidad con más de 150 referencias y posibilidad de consumir vinos por copas.
¿Y en el apartado de tapas? muy buena propuesta de la mano del joven jefe de cocina Miguel Angel Rodríguez. Comenzamos con una deliciosa miniburguer de langostino y vieira, posiblemente la más solicitada. Tierno el cochifrito con carpacho de fresones y sorprendente por su ejecución y planteamiento el clavel de queso cremoso con mermelada de orejones. Guiso del día a disposición de quién requiera un plato contundente, en este caso menudo con garbanzos y boletus de patata tierna, una evocación de la seta elaborada con patatita baby. Así que en Nervión, Vinacle se erige como un lugar muy aconsejable para el tapeo en día de ocio o en jornada de compras o trabajo.