La cocina mexicana ha sido normalmente un éxito allá donde fuera, por sus sabores dúctiles y universales. No es de paladares complejos sino, más bien al contrario, globales y sencillos. Texturas y cualidades fáciles de comprender y asimilar.
Esto no quita que exista esa diferencia de formas que subsiste igualmente en la gastronomía de otros países, como la italiana por ejemplo o la japonesa, donde los contrastes cualitativos se hacen también muy evidentes.
La Cantina Mexicana ofrece cocina de alto nivel elaborada con sabiduría por un joven cocinero nativo, Oscar, y presentada generosamente con, muy buen criterio. El colorido típico de estos platos se ven reforzados con unos sabores intensos y sinceros que dicen mucho de la materia prima utilizada y del conocimiento técnico de los responsables del establecimiento. Calidad= éxito, se puede decir aunque esta dualidad no siempre vayan de la mano.
Todos sabemos que la cocina española es algo más que paella y tortilla de patatas y esa reflexión se debe aplicar a la cocina de La Cantina Mexicana. No todo es picante. No todo es crujiente. No todo es lo típico. Recorrer su carta es descubrir enunciados nuevos: Huarache, sope, queca…pedir asesoramiento es lo suyo. En algunos platos compartir es lo bueno así que la consulta es necesaria. Desde los entrantes (botanas) hasta los Postres el recorrido es sabroso. Tienen cervezas nacionales (mexicanas). Un correcto Final feliz, si se desea y no hay que conducir, sería un tequila bien acompañado de sal y limón, o pelao y mondao, que e gustos como se sabe no hay nada escrito. Visita muy, pero que muy recomendable.
En calle Francos, 16. El pasaje que comunica la cuesta del Rosario con la calle Odreros.
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