Siempre es de agradecer que en el panorama gastronómico de una ciudad surjan nuevos proyectos que apuesten por la calidad en todos los aspectos. El momento parece no acompañar a estos emprendedores que, con ganas e ilusión, se lanzan a eso de divertir al personal en lo referente a comer fuera de casa. Comer y beber, ¡claro está! Y a nosotros, a los que andamos en el observatorio culinario, nos intriga y nos motiva, sin duda, el nacimiento de una nueva criatura.
Santander15 es un bar-restaurante que ocupa un añejo espacio: lo que fue el gran Torre del Oro, bodegón de rancio abolengo ya desaparecido.
La calle que nos lleva desde el antiguo Teatro Coliseo, en la Avenida de la Constitución, directamente a la Torre del Oro se parte en dos y conforma la "Santander" y la "Postigo del Carbón" linea divisoria marcada por la Torre de la Plata. Como se ve está a un paso de todo, del Alcázar, de la Catedral, de la Puerta de Jerez y del río. Vamos a tres minutillos a pie, que lo del paseo se está poniendo de moda de nuevo, con la peatonalización de ciertas zonas del centro histórico.
Bien, pues en este postigo tan bien situado, se aúnan estilo y buen gusto. La atmósfera está creada con sencillez y armonía. Arcos, propios de las atarazanas portuarias, simplemente remozados y pintados en un relajante tono crudo, son los recursos de que dispone el local para crear el escaparate ideal donde disfrutar de una cocina elaborada con buen criterio y mejor materia prima, dispensada por un equipo de maneras impecables. Todo un lujo.
De lo que se come puedo decir que es una mezcla de cocina étnica y popular en la que Fabi Báez, cocinero, se mueve con soltura. No atosiga con marinadas abrasivas ni manipulaciones herrumbrosas sino que respeta la esencia de cada ingrediente y dota a cada plato de un equilibrio natural.
Juega con elementos internacionales, creando conceptos "sudokas" (vaya término que me acabo de inventar) que nadan entre la cocina sudamericana y oriental sin abotargar el paladar. Tartares, tempuras, salteados…todo lo que sale de ese otro postigo del fogón que lidera está muy bien resuelto y el cliente lo agradece. Del servicio, pilar básico junto a la cocina, simplemente decir que funciona a la perfección. Dirige el equipo quien posiblemente, a mi criterio, sea hoy en día el mejor jefe de sala de la ciudad: Miguel Angel Miranda, un profesional elegante, muy curtido y experto que sabe moverse y poner en marcha el engranaje de servicio de mesa, sin apenas perturbar al cliente. Como decía Juan Mari Arzak, "el mejor servicio es el que apenas se nota", pues eso agilidad, amabilidad y eficacia, todo en uno.
He de apuntar que Santander15 ofrece tapas y carta de restaurante, uno elige…Su bodega está bien estructurada y engarza con el estilo de cocina. Tiene horario usual con cocina continua, guiso diario de cuchareo, copas largas de bebidas premium y dispone de mesa reservada con acceso para minusválidos y Wi-fi para clientes, otro aliciente más para descubrir Santander15. A un paso de todo. A un paso si se quiere disfrutar de algo nuevo. Más en www.santander15.com
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